martes, 28 de diciembre de 2010

espantapájaros- Oliverio Girondo

No sé, me importa un pito que las mujeres              
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.              
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco              
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles             
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;              
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.              
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!              
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.              
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me      importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?              
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,              
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.              
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,              
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.              
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,              
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.              
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;              
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,              
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.              
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!              
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!              
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay      diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?              
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,              
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar              
que pueda hacerse el amor más que volando.

jueves, 23 de diciembre de 2010

los herederos parte 1 de 9

El documental "Los Herederos" se ha presentado en la selección oficial del Festival de Cine de Venecia 2008 y en la sección "Generation" del Festival de Berlín 2009, ha ganado numerosos premios entre los que se destacan: los premios Ariel 2009 a Mejor Documental y a Mejor Edición; el Gran Premio Coral de La Habana, Cuba a Mejor Documental; el Premio al Mejor Documental en el Festival Internacional de Documentales de Santiago de Chile (FIDOCS) 2009 y el Premio "FEISAL" en el 24 Festival Internacional de Cine de Guadalajara, México 2009.

"Los Herederos" es una muestra de la difícil realidad que viven muchos niños y niñas en el campo mexicano, es un retrato de sus vidas y de su lucha diaria para sobrevivir. Sus actividades son muy diversas: algunos son campesinos y pastores; otros caminan largos trechos para cortar leña o acarrear agua desde muy pequeños; tejen; hacen ladrillos; otros son artesanos y tallan madera para hacer alebrijes. Al heredar las técnicas y herramientas de sus ancestros, estos niños también han heredado la miseria. Generación tras generación permanecen cautivos en un ciclo de pobreza heredada.El documental "Los Herederos" de Tecolote Films y dirigida por Eugenio Polgovsky, se enfoca en el tema del trabajo rural infantil en seis estados de México. Este documental cuenta con una altísima calidad de producción -- como lo demuestran los diferentes premios y reconocimientos obtenidos a nivel tanto nacional como internacional -- y fue realizado con total respeto a los derechos de los niños, niñas y adolescentes que participaron.


viernes, 10 de diciembre de 2010

Amarillistas- Luna Rdz.






Amarillistas
Luna Rdz.
Estoy harta…
Ya no quiero escuchar más opiniones sobre lo que es o puede ser el amor
¿qué que es lo que pasa en nuestro cerebro? Que segregamos no sé qué, que la adrenalina, que el olor de la mujer durante la menstruación; ¿acaso todo es tan vano?,  ¿ tan esencial? …nos hacen ver como animales, pero hasta algunos animales son capaces de sentir algo que podría llamarse amor.
¿Por qué tienen que rebajarlo a ese sentido científico? ¿Qué no son capaces de volar?
¡Que se vallan todos a la mierda! Sí a la mierda las investigaciones de ese tipo, eso también es amarillismo.  No quiero saber por qué te amo, con saber que te amo me basta
Así es, no quiero saber más. Sólo volar, volar caer y volar de nuevo, acompañada, sola… qué más da. Si sé que un día estarás conmigo.
Volemos, entonces volemos; si quieres puedes tomarme la mano.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Cuento sin título- Brenda Gilmour

 


 Ahí estaba tu cuerpo frente a un atardecer quemante, envuelto de soles naranjos y amarillos; con sabor vainilla. Y estaban los vientos cubriéndote de otoño, tus manos ofreciéndome sueños nacientes,  tenías en los labios una canción que llevo en mi cabeza desde entonces. No era necesario pedirme que sonriera; lo hice... me dibujaste dos lunares de papel, a la altura de mi boca; hubo una explosión dentro, cuando cambiaste el rumbo de mis letras. Nos reunimos en este espacio fugaz de casualidades. Sí, como para no creerlo. Y si vemos bien, el corazón no miente.

Quiero para ti siete amaneceres cósmicos y brillantes, como los que vivimos un día en un país distinto, pero nunca tan lejano que hiciera que nos olvidáramos de este presente. Quiero un sol profundo entrando en los rincones intactos de tus dedos, para ello escogeré siete canciones que sosieguen entre todo, a ver si pintan fugas en tus yemas. Quiero un otoño incesante entre nosotros, un invierno bien guardado entre caricias, y poder aquietarte la voz con un susurro de violetas. Es más, quiero siete atardeceres naranjos con un cigarro compartido en el campo, o si nos vamos un rato a la orilla de un rio, que nos devuelva los corazones en naufragio.
Uno construye su propia historia, y la pinta de colores, y la cuenta con las palabras que guste.
Tú has escogido los colores más tiernos, y yo me he esmerado por buscar las palabras más imperecederas.
        Brenda  Gilmour 



me he tomado la libertad de publicar este bonito cuento de  mi querida amiga, compañera, hermana, consejera, etc; Brenda.
En lo personal me gustaría que volvieses a escribir, me gusta mucho lo que haces, y no creo que hayas dejadode hacerlo, tal vez tienes muchos escritos guardados. Amiga, tienes dos angelitos y muchas cosas más con que inspirarte, tú si puedes ver las estrellas de noche, ojalá y me muestres un escrito como este muy pronto. 
 Te quiero brendita  ♥ 

QUIERO- Jorge Bucay


QUIERO

Quiero que me oigas, sin juzgarme.
Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mi, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi.
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi.
Quiero que me protejas, sin mentiras.
Quiero que te acerques, sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,
que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas, que hoy,
hoy podés contar conmigo.
Sin condiciones.

martes, 7 de diciembre de 2010

Dos palabras- Alfonsina Storni

DOS PALABRAS

Esta noche al oído me has dicho dos palabras
Comunes. Dos palabras cansadas
De ser dichas. Palabras
Que de viejas son nuevas.

Dos palabras tan dulces que la luna que andaba
Filtrando entre las ramas
Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
Moverme para echarla.

Tan dulces dos palabras
—Que digo sin quererlo— ¡oh, qué bella, la vida!—
Tan dulces y tan mansas
Que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.

Tan dulces y tan bellas
Que nerviosos, mis dedos,
Se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
Cortar estrellas.

Espero curarme de ti - Jaime Sabines

  Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la mora...